Los del grupo de de apoyo de Alcohólicos Anónimos aplaudieron, tenían fe en él: un mentiroso, un fracaso como persona. Slenderman recibió los inmerecidos aplausos con una falsa sonrisa en su rostro inexpresivo ¿Por qué siempre hacía lo mismo? ¿Por qué siempre recaía? Con razón no tenía amigos, con razón no tenía trabajo, con razón le había abandonado su mujer y se había llevado a los niños. No tenía control sobre su vida, ni sobre la persona que el alcohol le había llevado a ser. Sin duda su alcoholismo era el más poderoso de los creepypastas.
"No llores por mí, ya estoy muerto" |
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