Ratatui hasta ese momento había cocinado muchos platos: algunos de ellos más conocidos, otros experimentales con ingredientes que jamás había visto; unos exquisitos desde todos los puntos de vista, otros con sabores más difíciles de apreciar por todos los paladares. Las papilas gustativas del ratoncito gris habían llegado a captar miles de sabores extraños, pero jamás uno tan inquietante como aquél. Al principio a Ratatui le costó adivinar de que se trataba; había saboreado aquella carne antes, pero ¿dónde?
El ratoncito hizo memoria en seguida; aquél bocado le transportó a los peores días de su niñez, cuando los integrantes de su clan pasaron por una de las peores hambrunas de la historia y tuvieron que sobrevivir a base de canibalismo. Recordó como tuvo la suerte de al menos ser demasiado joven como para tener la obligación de enfrentarse a otras ratas para alimentar a su familia. El trauma de ver a su progenitor volviendo a casa ensangrentado, con varios moratones por su cuerpo y pelaje de otro roedor entre sus dientes; como le lanzaba cansado un trozo de carne fría, rojiza, y despedazada "Ahí tienes tu cena".
Aquél "nuevo" sabor era carne de rata; pero ¿por qué tenía forma de hamburguesa? A Ratatui le resultó tan desagradable aquella experiencia, que dejó de trabajar en McDonalds.
"Yo controlo al chef, pero ellos controlan el capitalismo" |
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