8/29/2020

Rick Sánchez sabe la verdad del universo

Rick era un hombre muy inteligente, tanto que no solo tenía el poder de viajar entre dimensiones, sino de cruzar la última barrera que el ser humano jamás había logrado penetrar: la cuarta pared. Rick sabía lo que había detrás de la pantalla, tenía presente que era observado a todas horas (incluso en sus momentos más íntimos), y eso no hacía más que inquietarle.

Rick intentaba actuar normal frente al público invisible que sabía que le observaba, y a veces lo lograba. Él sabía perfectamente quienes estaban al otro lado: meros espectadores. Muchos de sus fans se denominaban a sí mismos como genios, pero Rick sabía que su nivel intelectual no superaba al de un Jerry, pues si ellos fueran tan inteligentes como dicen ser, podrían ver también la cuarta pared.


Rick y Morty': así es el "Story Circle", el método con el que Dan Harmon  estructura todos los episodios de la serie
"Ellos piensan que son los espectadores, pero al igual que nosotros, Morty,
ellos son simplemente otro espectáculo"

8/28/2020

El Maníaco (Parte 2)

 No podía ser... Su ídolo, aquél hombre al que tanto había admirado. Aquél majestuoso hombre había sido detenido por su arte. ¡¿Pero quién se creían que eran esos asquerosos y zafios hombres de uniforme tocando a un auténtico maestro del arte?!

    —¡ME CAGO EN LA PUTA!


Guillermo estaba asustado. Cuando Vicente se ponía así no había quien le detuviera. Intentó calmar a su alter ego, recordándole que sus obras de arte siempre quedarían grabadas en vídeo en la deep web y podrían verlas cuantas veces quisieran.

    —¡NO!


Vicente sacudió los brazos con furia, algo que llevaba tiempo temiendo. En sus representaciones, Vicente no tenía brazos, solo controlaba el tronco y la cabeza que compartían, pero se estaba haciendo con el control. Guillermo corrió a toda prisa al cajón de las pastillas, pero sus peores temores se habían hecho realidad. Por la noche, mientras Guillermo dormía, Vicente se hizo con el poder del cuerpo y había tirado todos sus anti-psicóticos por el desagüe. No quedaba ni uno.

Guillermo se empezó a sentir débil, cada vez más alejado de si mismo, hasta ser un mero pasajero de su propio cuerpo.

Vicente tuvo una gran idea, a partir de ahora, ÉL sería el presentador de Art Attack, solo así podría darse a conocer al mundo. Y quién sabe, puede que incluso llegase a llamar la atención de aquel hombre, que le permitiese ser su pupilo. Era la hora de ser un artista ecológico... Y la primera maqueta ya llevaba tiempo decidida.

    Vicente... Por favor... No lo hagas

    Shhhh... Tranquilo Guille...  Reláaaajate... Deja que tu amigo Vicente Van Coco se encargue....


"Vivo atrapado en mi mente"


8/27/2020

El mejor chocolatero

Willy Wonka tenía su propósito claro: Vengarse del ahora millonario empresario que había robado la patente de sus chocolatinas con frutos secos.

Después de varios años encerrado, y una grave depresión que casi le llevó al suicidio, Willy Wonka decidió llevar un retorcido plan a cabo. Para vengarse de aquél tiránico empresario debía asesinar aquello a lo que más amaba: a su mimada e ingrata hija. Pero ¿Cómo realizar un asesinato hacia una persona tan importante sin que las autoridades le llevasen de cabeza a prisión? ¡Fácil! Lo disfrazaría todo en un sorteo. Por supuesto, sería muy sospecho si solo hubiese una ganadora y esta desapareciera. Pero ¿y si hubiera cinco?

El sorteo llevaría a esos cuatro niños junto a la hija del empresario a su fábrica. Allí podría deshacerse fácilmente de los otros niños por el camino. Willy había estudiado a los otros ganadores, qué cosas les gustaban y a que no se podrían resistir. Podría dejar que el niño amante del chocolate nadara un rato por su río para después sacarle de allí en una tubería "No le hará mucho daño, y se divertirá" Pensaba el psicópata para sí. Aquella niña que amaba el chicle podría ser fácilmente envenenada con uno, y de paso, el chocolatero se divertiría un rato viendo los efectos secundarios de sus gominolas. Para el niño gamer el plan era un poco más difícil, pero igualmente acabó ingeniándoselas con divertida tecnología cyberpunk "Así de paso, ese pequeño hijo de puta aprenderá una lección" Al chocolatero no había acabado de agradarle aquél chico. Con Charlie pensó que sería fácil, ni si quiera tendría que pensar en algo "Es un niño pobre, seguramente tarde o temprano intentará robar alguno de mis dulces y tendré una excusa para echarle de la fábrica" Pensaba Willy Wonka dentro de los prejuicios en los que su padre le había criado.

Por supuesto, la mejor de sus trampas estaba reservada para la hija del empresario: el incinerador. La visita sería un martes, que era el día que lo encendían; unas ardillas amaestradas llevarían a la niña a través del agujero de residuos y así todo parecería un desafortunado accidente. Además todo aquello sería llevado a cabo en la sala de frutos secos, ya que si Willy Wonka amaba algo más que la venganza, era la propia justicia poética.


Charlie, el de la fábrica de chocolate, era negro
"No hay nada más dulce que la venganza"

8/25/2020

El hombre de los sueños

 Como cada noche te vas a dormir, bastante cansadx, con tu loca imaginación divagando entre unas cosas y otras de tu día a día. Horas antes de ir a la cama, no pudiste evitar pasar aquellos momentos antes del anochecer viendo creepypastas en tu ordenador. Ahora te arrepientes, tienes miedo de todas aquellas leyendas urbanas. Sabes que no son reales, pero aún así, en la oscuridad de la noche, aquellos monstruos ficticios te aterran. Aunque por supuesto, tu temor más racional es tener una pesadilla. Llevas muchos días soñando con cosas terribles, con criaturas infernales que te persiguen hasta la muerte, con demonios que te arrastran con violencia hasta el mismísimo infierno. Te sientes idiota. Esta noche quieres descansar de verdad, y poder despertar con tu corazón latiendo a un ritmo normal, sin una fría capa de sudor cubriendo tus sábanas y tu piel.

Decides que lo mejor que puedes hacer para dormir a gusto esa noche es taparte con tu fina manta de los pies a la cabeza, y cerrar tus ojos con fuerza hasta que vuelva a amanecer; creyendo que aquél extraño ritual infantil funcionará para alejar a tus miedos.

Esa misma noche, antes de que puedas darte cuenta, sueñas. Tu sueño parece bastante más luminoso que de costumbre, no como esas sombrías pesadillas recurrentes que antes solías tener. En tu sueño, a parte de tu presencia, puedes vislumbrar a un extraño hombrecillo en la sala. No tienes miedo, por alguna razón, su sonrisa alargada te produce paz. Otros detalles de su rostro que llaman tu atención son sus ojos caídos, y un enorme entrecejo arropándolos. Te diriges a él, esperando encontrar respuestas dentro de tu propio sueño.

    —¿Hola? —Preguntas tímidamente.


El hombre se dirige a ti, como si llevara toda la vida esperándote en un abandonado rincón de tu mente.

    —Hola. Veo que por fin has soñado conmigo.


Le miras extrañadx ¿A qué se refiere?

    —¿Cómo? —Preguntas intentando sonar menos despistadx de lo que en realidad él también sabe que te encuentras.

    —Sí. Todos soñáis tarde o temprano conmigo. El hombre de los sueños me llaman.


A pesar de que sus palabras no parecen muy relevantes, te transmiten cierta tranquilidad, seguramente por su tono calmado y pacífico.

    —¿Qué eres? —Algo te dice que no es humano, pero eso no te inquieta, ya que su aura se asemeja mucho más a la de un pacifico ángel. —¿Por qué te apareces en los sueños de la gente?


El hombre de los sueños sonríe divertido, como si realmente disfrutara la curiosidad humana. Acto seguido se encoge de hombros.

    —No estoy seguro. Solo sé que aparezco cuando alguien necesita de mi presencia ¿Tú me necesitas?


No sabes cómo contestar a esa pregunta de una manera racional ¡Sí! Tú sientes que le necesitas, pero no sabes por qué. Asientes con la cabeza, y el hombre te responde con una sonrisa afable. 

    —Bien, pues entonces he venido al lugar indicado.


El hombre de los sueños y tú, camináis por distintos escenarios imaginarios mientras habláis de tus preocupaciones e inquietudes en la vida. Mientras hablas todos esos temas que escondías tan en el fondo de tu corazón, te vas sintiendo mejor. Ahora entiendes porqué merece la pena seguir viviendo. 

Cuando por fin sientes que has hablado de todo lo que necesitabas, se empieza a escuchar una alarma. El mundo de tus sueños se empieza a desvanecer, y empiezas a romper ese puente entre tu imaginación y la realidad. Antes de irte, el hombre de los sueños se despide de ti. Gracias a él, ya no tienes miedo de volver a tener pesadillas; sabes que ahora él está cuidando de ese mundo nocturno que antes tanto temías. Por primera vez en tu vida, sientes cierta nostalgia al despertar. No sabes si os volveréis a ver, o si os visteis antes alguna vez. Igualmente, decides dibujarle para no olvidarte nunca de él: El protector de tu descanso. El hombre de los sueños.


Alguna vez has soñado con este hombre? - EcoDiario.es
¿Has soñado con este hombre?

8/22/2020

La vida pirata es la vida mejor

 El Capitán Garfio no sabía que la vida pirata era la vida mejor, y por eso estudiaba y trabajaba a pesar de su oficio marítimo.

capitan garfio disney - Buscar con Google | Villanos de disney ...
"Estoy estudiando una oposición, que así fue como mi padre se
sacó el trabajo"

8/20/2020

Un nuevo otaku en el barrio

 Hacía mucho tiempo que Mortadelo guardaba un secreto a voces: Era cosplayer ¿Trajes para las misiones? ¡Por favor! Se notaba a kilómetros que reciclaba cosplays de sus animes favoritos. Aunque la autentica pregunta era ¿Cuándo se atrevería a invitar a su novio Filemón a una convención de anime?


Grupo Zeta vende Mortadelo y Filemón a Penguin Random House
"No se preocupe, no tengo un pelo de otaku, no como aquí
el jefe que tiene dos"

8/19/2020

Todo por la escuela Otonokizaka

     —¡Van a cerrar nuestra escuela! Tenemos que impedirlo. —Casi chilló Honoka entre lágrimas, mientras se arrodillaba decaída antes su amiga Umi.

    —Sí bueno, es una pena, pero tampoco hay mucho que podamos hacer. —Respondió la peliazul, algo más consternada por su amiga que por el propio futuro de su academia.

    —¡No! ¡No! ¡NO! ¡Tenemos que convertirnos en idols para salvar nuestra escuela! —La pelirroja casi había enloquecido, y aquello se podía notar en sus ojos maníacos y su respiración acelerada.

Umi no sabía cómo tratar el asusto; sin duda alguna era un golpe terrible para su amiga, pero realmente no podían hacer nada. Para empezar, la peliazul ni siquiera sabía porque Honoka estaba tan obsesionada con su academia; la quería tanto como si fuese su madre, su propia vida, su alma.

    —Honoka, eso no cambiará nada. —Umi puso su voz más tranquilizadora, ya que por la actitud de su amiga, temía el daño físico por su parte.

La pelirroja apretó sus puños entre lágrimas, mientras pateaba furiosamente las mesas asustando a sus compañeras de clase.

    —¡CALLA, INGRATA HIJA DE PUTA! —Chilló la pelirroja con ira, gruñendo cada una de sus palabras, como si esputara imaginariamente con cada letra que salía de su boca.

    —Pero... Honoka-chan... —Intentó intervenir tímidamente Kotori. —... No pasa nada, la escuela cerrará cuando las tres...

    —¿CUANDO LAS TRES NOS GRADUEMOS? ¿ESO ES LO QUE QUERÍAS DECIR? —La pelirroja se acercó peligrosamente hasta donde se encontraba su amiga.

Su amiga afirmo temerosa con la cabeza, esperando que aquello tranquilizara de algún modo a aquella bestia sedienta de sangre en la que se había convertido Honoka.

    —¿Y A MÍ QUÉ COÑO ME IMPORTA? —La pelirroja agarró a su amiga del cuello, con intención de ahorcarla. Aquél cabello ceniza, y esos ojos tristes le recordaban a la directora, a aquella zorra que había osado cerrar su escuelita.

Umi se acercó rápidamente aún con miedo ¡Tenía que salvar a Kotori! Sabía que Honoka no siempre estaba en sus mayores facultades mentales, pero nunca esperó que se convirtiera en la violenta criatura imparable que ahora era. Jamás imaginó que una simple noticia como aquella pudiera ocasionar tal destrucción en la cordura de su amiga.

La peliazul logró a duras penas salvar a Kotori, arrancándola de los tensos dedos agarrotados de la pelirroja. Las dos habían acabado en el suelo por el impacto, y Honoka las observaba iracunda desde arriba. La chica de cabello ceniza tomó algo de aire entre las lágrimas por el miedo de morir.

    —Ahora lo entiendo. Os importa una mierda que cierren nuestra escuela ¡Nuestra patria! —Esputó Honoka entre cierta risa maniática. —Sois unas putas rojas a las que se la pela que vengan chicas de otras academias a la nuestra, a las que no les molesta las jodidas inmigrantes de otras escuelas de Japón. Vosotras estáis con los de arriba, queréis que se hunda nuestra patria: la escuela Otonokizaka. La escuela más bonita, la más grande, hermosa. Yo la protegeré aunque tenga que acabar con todas vosotras.

Acto seguido, la pelirroja llevó su puño al pecho y se puso a entonar el himno de su academia a todo pulmón, mientras con sus ojos sedientos de sangre decidía quién sería la próxima traidora que moriría.

Honoka veía a su escuela como un extraño país donde residía. Sus amigas no lo sabían, pero ella era una especie de fascista.


LOVE LIVE SCHOOL IDOL PROJECT VS LOVE LIVE SUNSHINE: WHY M'S ...
"Haré lo que sea por mi Otonokizakanita"
Otonokizaka High School | Love Live! Wiki | Fandom

8/18/2020

¡Ya están otra vez los intensitos!

    —¡Ya están otra vez los intensitos! —Exclamó Tsukishima gruñendo entre dientes lo suficientemente alto como para que le pudieran oír sus otros compañeros.

Los otros jugadores de volley observaban a un chico cabreado y serio, pero Yamaguchi por dentro sabía que su novio en realidad tenía una insana envidia. Una insana envidia por Hinata y sus puñeteros zapatos con lucecitas ¡Eran tan cool! Pero Tsukishima quería parecer un tipo serio y adulto delante de sus amigos. Cosa que consiguió, ya que no tenía amigos.


Kei TSUKISHIMA | Anime-Planet
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8/16/2020

El más poderoso de los creepypastas (Parte 5) El Final

     —Hola, soy El hombre Delgado, y llevo ya un mes sobrio. —Slenderman sonrió orgullosamente para sí; era la primera vez que no mentía en una de sus reuniones de Alcohólicos Anónimos.


Las personas de su grupo de apoyo aplaudieron entusiasmadas. El hombre trajeado había decidido hace tiempo contarles su historia, y pedir ayuda de verdad esta vez. En aquél tiempo había aprendido que recaer no era una vergüenza, ni un fracaso, sino un simple error humano, y que el verdadero problema sería no seguir intentándolo.

Muchas cosas habían pasado en aquellos meses. Jeff the Killer no había vuelto con él como su novio, pero al menos había recibido su perdón, que era todo lo que el hombre trajeado necesitaba en aquellos momentos. El joven asesino no le guardaba rencor, y entendía por lo que estaba pasando, y a pesar de no terminar como pareja, igualmente le ofreció todo su apoyo. Su grupo de apoyo de Alcohólicos Anónimos también entendió su situación, ya que Slenderman por primera vez, se aventuró a contar su historia, como una terrible depresión le había hecho caer en aquella adición, los baches que había tenido que pasar hasta llegar a donde ahora se encontraba, y como ahora, gracias a la ayuda de muchas personas, estaba renaciendo como alguien más fuerte.

Eyeless Jack también fue un gran apoyo para Slenderman. Gracias a él, el hombre trajeado ya no se sentía solo, se sentía apoyado por alguien que le entendía. El joven enmascarado le contó la triste historia de como su tío murió de fribrosis por culpa del alcohol, como no pudo hacer nada para ayudarle; también le explicó que él hacía esto sobretodo para demostrarse así mismo que podría ser de ayuda para alguien, podría ser la ayuda que nunca pudo ser para su tío. Aquello fue de gran ayuda para Slenderman, ya que antaño no le importaba decepcionarse a sí mismo, pero ahora también lo hacía por Eyeless Jack.

Pero Slenderman sobre todo recibió la ayuda de la persona más importante, de aquella a la que prometió que jamás volvería a fallar: de sí mismo. Sabía que esto era tan solo el comienzo, que aún quedaba un largo camino en la batalla contra su alcoholismo; pero ahora sabía que no estaba sólo, que sus amigos le acompañarían en la lucha contra el más poderoso de los creepypastas.


Slender Man | Hero's list Wikia | Fandom
"Gracias amigos"

8/14/2020

El maníaco

Paco no podía creerlo, el cubil del malhechor era aún más retorcido que lo que se podía esperar. Habían podido atrapar al criminal inglés que había revelado la ubicación de su cómplice en España. Era espeluznante: perchas hechas con tejido humano, máquinas de pinball hechas con huesos, músculos y cartón y un busto de la cabeza de un hombre, pero en lugar de ser un simple busto, Paco lo reconoció enseguida: Era la primera víctima, preservada en piedra para regocijo psicótico y tortura del criminal. Finalmente llego a una puerta en la que se podía oír como alguien trabajaba.
    —¡MANOS ARRIBA! —Dijo derribando la puerta.

El hombre levantó las manos, se giró y con una gran sonrisa dijo
     —Hola artemaníacos, ¿qué hacéis aquí?

    —¡El único maníaco que hay aquí eres tú, Jordi! Dime, ¡¿dónde están los demás niños?!

    —Aquí solo hay arte, mi querido artemaníaco, arte que todos podemos hacer.

Paco entonces lo supo, lo sintió y encendió las luces. La visión le dio ganas de vomitar. Eran cada una de las creaciones que había hecho cuando salía en el programa, pero hechas de cada uno de los niños desaparecidos. Art Attack nunca había sido un programa infantil, sino la sutil amenaza de un perturbado.

Cuando le estaban metiendo en el coche Jordi se giró hacia Paco y con una sonrisa que le heló la sangre dijo:
    —Nos vemos en el próximo Art Attack... Y esto, lo pruebas en casa. Hasta la próxima.


Los hombres de Paco» vuelven diez años después
"¡O paras o te paro!"

La genial contestación de Jordi Cruz ('Art Attack) a una broma en ...
"¿No lo entiende agente? No puede hacerme nada que no
me haya hecho ya a mí mismo"

El más poderoso de los creepypastas (Parte 4)

 Slenderman se encontraba en bar como siempre, bebiendo una copa de ginebra y tónica, una de sus combinaciones favoritas. Otra noche más, por cada sorbo que iba dando, se iba sintiendo peor, pero al mismo tiempo sabía que jamás podría llevar sobrio su situación actual: Jeff the Killer había cortado con él después de una de sus disputas maritales, había recogido rápidamente su maleta, y entre gritos y golpes, abandonó la casa.

El larguirucho dio un trago triste a su bebida. Había perdido lo último que le quedaba; y aunque le dolía recaer nuevamente en el alcohol, sabía que le destrozaría mucho más por dentro la sola idea de volver a una vivienda vacía y silenciosa.

La música dubstep del DJ acallaba sus pensamientos suicidas provocados por la depresión. Ahora su único problema sería mantenerse en pie esa noche, y eso era en parte reconfortante para Slenderman, por mucho sentimiento de culpa que pudiera ocasionarle más tarde.

Sentado cerca de él en la barra, un atractivo joven le observaba con cierta mirada embaucadora; su máscara azul, con cuencas negras y vacías en los ojos, le daba cierto toque misterioso, que al larguirucho le gustaba. Slenderman se sonrojó, y el joven le sonrió divertido al notarlo.

    —Bonito traje ¿Es de Armani?

    —¿Eh?... Sí. Gracias por notarlo. —Al larguirucho se le hizo extraño el comentario. A pesar de que él solía preocuparse mucho por su forma de vestir, pocos eran los que elogiaban su ropa elegante; y le resultaba mucho menos casual cuando ese comentario venía de alguien que simplemente vestía una sudadera negra y pantalones vaqueros.

    —¡Lo sabía! —Sonrió el joven para sí mismo. Acto seguido clavó su oscura mirada pícara en Slenderman, casi estudiándolo de arriba abajo. —Por cierto, soy Eyeless Jack, aunque puedes llamarme simplemente Jack.

    —Vale Jack. Yo soy Slenderman.

    —Slendy ¿No crees que aquí cuesta un poco hablar con la música? —El joven enmascarado se levantó del taburete. —¿Qué tal si vamos a un sitio más calmado?... Como... no sé ¿A mi casa?— Lo intentó preguntar de forma casual, pero estaba claro que era su plan desde el principio, y eso al larguirucho le gustaba en parte.

    —Vale.


La casa de Eyeless Jack quedaba bastante cerca, o eso era al menos lo que el joven le había prometido (aseguraba que incluso podrían llegar andando en unos quince minutos). Por supuesto, era tan solo una escusa para poder hablar por el camino, ya que aunque a Jack le pareciese bastante atractivo Slenderman, no era la clase de chico que se acostaría con cualquier persona sin al menos conocerla un poco antes.

De camino, el larguirucho le comenzó a contar como era que aquella noche había acabado allí, y como según iba pasando la noche se arrepentía de haber destruido su sobriedad de nuevo.

    —...No sé, y por eso pienso que las reuniones de alcohólicos anónimos no sirven para nada. —Explicó el larguirucho, que ahora volvía a tener el mismo tono triste de cuando comenzó la noche.

    —Pero aún así sigues yendo ¿No es así?

    —Sí, aunque no sé para que. Debería dejar de ir.


Eyeless Jack, apretó sus puños con impotencia, sintiendo que esas palabras que para Slenderman era una simple rendición más, para él eran como una puñalada.

    —No. Sigue yendo. —Le ordenó el joven con cierta severidad en su tono que el larguirucho jamás habría imaginado en esa sonrisa pícara que conoció.

    —¿Cómo? —Slenderman no estaba enfadado, simplemente intrigado.

    —Que no dejes las reuniones. Tú piensas que no te están ayudando con nada, pero te equivocas. Sí sirven. —Jack sonrió amargamente para sí. —Mírate, hoy te sientes mal por beber, y sabes que tienes un problema ¿Verdad?


El larguirucho asintió algo apagado.

    —Y ese es el primer paso: saber que tienes un problema ¿Y sabes qué necesitas para pasar al siguiente paso? —Continuó el joven.


Slenderman negó algo dubitativo ¿Por dónde querría tirar aquél chico?

    —Un amigo. —El joven enmascarado no sentía que aquél acto que iba a hacer fuera para nada precipitado; a pesar de que conocía al hombre trajeado de hace tan solo unas pocas horas, sentía que debía ayudarle —Alguien que se preocupe por ti, a quien puedas llamar cuando tengas un problema. Si quieres yo puedo ser ese amigo.

Eyeless Jack clavó su mirada en el larguirucho, apartó la máscara azul de su rostro, y sonrió amistosamente, dejando claro que aceptaba el pasado de Slenderman, y que estaría ahí siempre que lo necesitara, siendo un acompañante en el difícil camino de la vida.

Slenderman le devolvió el gesto. Aquella noche había conseguido mucho más de lo que había pensado. Era cierto que en el fondo tenía miedo del futuro, pero con un buen amigo a su lado, sería más fácil recorrer esa senda para destruir su alcoholismo: el más poderoso de los creepypastas.


Eyeless Jack | Ficción Sin Límites Wiki | Fandom
"Te lo digo yo, beber tanto alcohol suele costar un riñón"

El secreto de Bella

 Bella ya sabía que Edward era un vampiro, cosa que era fácilmente deducible por su rostro pálido, metrosexualismo y brillo con purpurina típico de estas criaturas del mundo del terror. Pero lo que él no sabía, es que ella era una zombie ¿Cuánto tiempo podría seguir escondiendo el secreto? Siempre pensó que el propio Edward lo averiguaría tarde o temprano por los signos evidentes que presentaba de esto: rostro inexpresivo, cuerpo rígido, tendencia a comer cerebros, y brillo con purpurina. A veces se sentía como Hannah Montana, y eso le gustaba, por lo que decidió que no diría nada hasta que el propio vampiro se percatara de ello.

personajes pricipales - informacion de la saga crepusculo
"Zombie come cerebro..."

8/10/2020

El más poderoso de los creepypastas (Parte 3)

Slenderman cerró suavemente la puerta de su casa, intentando no despertar a su pareja, ya que eran las tres de la mañana y este probablemente estaría durmiendo ¡Tenía que estar durmiendo! No tendría ningún sentido que le estuviera esperando a esas horas (o al menos, eso pensaba el larguirucho).
    —Veo que ya has llegado. —Se escuchó una voz familiar desde el salón. Slenderman suspiró nervioso para sí.
    —Sí. —Respondió simplemente, con la esperanza de poder ir a dormir antes de que la conversación comenzara a ponerse más tensa de lo que ya había comenzado.
    —¿Dónde estabas? —La voz acusatoria de Jeff the Killer, era tan dolorosa para Slenderman como una puñalada. 
    —En el trabajo. —Mintió mostrando un rostro impasible a su pareja, a pesar de que por dentro los nervios estaban a punto de destrozar su corazón. Hacía ya meses que al larguirucho le habían despedido por culpa de sus problemas con la bebida, pero él aún no había sacado valor para contarle la verdad a sus novio. Desde entonces, pasaba todas las tardes en el bar, emborrachándose, esperando que cuando volviera a casa Jeff the Killer estuviera durmiendo, o al menos no se percatara de su notable hedor a alcohol.

El joven de piel pálida, se levantó del sofá, y se acercó con paso autoritario a su novio.
    —¡Mentira! —Señaló Jeff con un tono seco pero dolido.
    —¿Por qué crees que te estoy mintiendo? —Preguntó Slenderman algo vacilante, muerto de miedo por dentro porque sabía que su pareja iba a descubrir su secreto, que ya no había esperanza alguna, que no podría seguir mintiendo.
    —He llamado a tu trabajo. Sé que te despidieron hace meses ¿Por qué no me dijiste nada? —El joven intentaba contener sus lágrimas llenas de rabie e impotencia. —¿Te piensas que soy estúpido?

Slenderman se rascó nervioso la nuca, buscando en esos segundos la escusa perfecta, ya que sabía que la peor parte de su mentira no era su despido; aquello era una pequeña mota comparado con lo que significaba su recaída en el alcohol.
    —Sí, me han despedido, es cierto. —El larguirucho comenzó su mentira con parte de verdad, solo para calmar un rato a su novio al menos. —Pero no te he dicho nada porque he pasado estos meses buscando trabajo, y no quería preocuparte mientras encontraba nuevos ingresos para esta casa.

El entrecejo de Jeff the Killer se volvió a arrugar. Había detectado su nueva mentira.
    —¿Buscando trabajo? —El joven no pudo evitar subir su tono de voz ante su incredulidad ¡Odiaba que le tratasen como a un crío idiota! Y no era la primera vez que Slenderman lo hacía, pero sí era una de las más dolorosas. —¿DÓNDE? ¿EN EL BAR DE LA ESQUINA? ¡Porqué apestas a alcohol! —De los ojos sin parpados de Jeff, no pudieron evitar escapar unas gotas saladas de rabia. —Slender, sé que has vuelto a beber ¡Lo sé! ¡Lo sé ya desde hace semanas! Pero no te dije nada porqué creía que tendrías la confianza suficiente para decírmelo. —El joven apretó sus puños, sintiendo la impotencia de no poder hacer nada, de ni si quiera ser una pequeña ayuda para el terrible problema de su novio. —¡Odio cuando bebes! No eres el mismo. Te transformas en un monstruo.

Y con esas palabras, Slenderman sintió la última puñalada en el corazón ¿Qué podía hacer? ¡Era débil! Débil contra sus impulsos, débil contra el alcohol. Sentía que aquellas reuniones de alcohólicos anónimos no le habían servido para nada, solo para descubrir que era un perdedor, que mientras otros habían sido capaces de salir, de pasar años sobrios, él ni siquiera había sido capaz de durar una semana. Y aquello solo hacía hervir su sangre; se sentía furioso, enfadado consigo mismo, consigo mismo y con aquél pequeño trozo de mierda que le miraba con severidad, clavando sus ojos en él, haciendole sentir culpable por algo que creía que no podía controlar.

No supo exactamente por que, pero sin pensarlo dos veces, Slenderman golpeó a Jeff the Killer con fuerza, volviéndole a dejar indefenso en el suelo tras un grito de dolor.
El joven temeroso, se encogió sobre sí mismo, dejando derramar sus lágrimas.
    —Lo has vuelto a hacer... —Susurró Jeff the Killer tembloroso. 
    —¡No! Lo siento, yo... —Slenderman sabía perfectamente lo que acababa de pasar, y eso solo le hacía tener más miedo de sí mismo.
    —¡ESTO ES EN LO QUE TE CONVIERTES CUANDO BEBES! —Chilló el joven mientras se levantaba adolorido del suelo. Acto seguido arremangó sus brazos, y susurró casi para sí. —Y esto no es ni siquiera lo peor que me has hecho estando borracho. 

Jeff the Killer dejó ver sus brazos llenos de cicatrices y moretones. Slenderman se arrepentía cada segundo de su miserable vida de ser el causante de esas marcas, era una mierda de persona y lo sabía, aunque el mayor problema era que ni siquiera sabía cómo parar al monstruo en el que se había convertido. Sin duda alguna, la violencia doméstica era el más poderoso de los creepypastas.

JEFF THE KILLER VS SLENDERMAN (Creepypasta) | Terror Psicológico ...
Leave me alone

8/09/2020

I do dance

 El instituto había acabado, y a pesar de que Ryan se había apuntado a una escuela de baile, ya no era un High School Musical. Cuando el chico rubio salió de su escuela, su mirada topó en alguien familiar, esperándole a la salida montado en una vespa roja con el reconocible símbolo de los Wildcats: era Chad, su novio del instituto. Ryan le regaló una sonrisa sincera. Chad y él habían sido pareja en secreto durante muchos años, pero ya no tenían porqué esconderlo más, y eso le hacía feliz.

    —Veo que otro día has venido a buscarme. —Comentó Ryan en tono juguetón. —Pero con las manos vacías. —Bromeó.


Chad le respondió con cierta mirada pícara.

    —Bueno, la bragueta no la tengo vacía.


El chico rubio se sonrojó ¿De verdad esas palabras habían salido de los labios de su novio? Casi parecía un sueño. Ryan había estado esperando todo ese tiempo a que Chad tomara la iniciativa, ya que no quería presionarle, pues sabía que su pareja había tardado mucho más tiempo que él en sentirse cómodo con sus sexualidad.

    —¿Entonces, quieres que tú y yo... —El chico rubio aún quería cerciorarse de la proposición de su novio.

    —Sí. Mis padres no están en casa, y he comprado condones. —Chad guiñó un ojo a su pareja, haciendo que este se encogiera tímidamente. —¡Sube!


Ryan se sentó en la parte trasera de la vespa, abrazándose a la espalda de su amado, pensando tiernamente en el paso que hoy su novio y él tomarían. Si era cierto que su novio seguiría siendo un Chad por el resto de su vida, él ya no seguiría siendo un virgin.


La Mazmorra de Akane.•´¯): I Dont Dance!!! HSM2 Nueva cancion de ...
"I don't dance?"

8/08/2020

Ideologías políticas

 Rodney Hojalata sabía lo que era haber crecido en la pobreza, sabía lo que era estar al otro lado; por eso, a pesar de ser rico, seguía creyendo en el comunismo.

Robots – Rakuten TV
¿No es casualidad que su mejor amigo fuese ROJO?

8/06/2020

Sólo en Casa

Macaulay Culkin reflexionaba sobre su vida mientras bebía una copa de champán. Memoró sobre los viejos tiempos en los que era tan solo un niño pequeño que tenía que enfrentarse a unos de los criminales más buscados. Sin duda, había sido un niño valiente; pero entonces ¿por qué ahora era un cobarde? un viejo solitario, un anciano abandonado a su suerte.
Cuando la tercera guerra mundial estalló, Macaulay Culkin había decidido por su propia mano unirse al ejercito para demostrar su valentía a su mujer e hijos, pero una vez estuvo en el campo de batalla, aquello le superó y regresó a casa. Con el tiempo, su mujer se divorció de él y se llevó a los niños ¿Y qué más daba? Tampoco era como si sus hijos quisieran verle el pelo. Pensó que con el tiempo la cosa mejoraría, y conseguiría una nueva familia; pero los años pasaban, y a Macaulay Culkin cada vez le costaba más encontrar a una mujer que le quisiera. Casi sin percatarse del pasar del tiempo, llegó a los 75 años, sólo, sin amigos, ni nadie que le viniese a visitar. Se podría decir, que aquella Navidad la pasó sólo en casa.

8 preguntas que aún nos hacemos sobre 'Solo en casa' 30 años después
"Si al menos tuviera algo de dinero, podrían venir los ladrones a acompañarme".

8/04/2020

Curiosidades con Mike ha vuelto, y en forma de chapas

    —Mik... Mike El Curioso ¡Has vuelto! —A Ibai le costaba hablar por culpa de su voz temblorosa; no podía creer lo que sus ojos veían.
    
    —¡Aquí estoy! —Respondió el youtuber con una divertida sonrisa.

El corazón de Ibai latía con fuerza, ya habían pasado meses desde la desaparición de su ídolo; unos dolorosos meses en los que sintió que había perdido a un amigo. Mike había estado todo aquél tiempo sin dar señales de vida, ni siquiera por sus otras redes sociales, y el joven streamer ya se había imaginado lo peor.
    —Te había echado de menos, gilipollas. —Los ojos de Ibai no pudieron evitar estallar en lágrimas, y el joven llevó las palmas de sus manos a sus mejillas, para secar la reciente humedad; se sentía vulnerable ante una persona que admiraba; había sufrido todos aquellos meses sin ver como Mike El Curioso abría algún nuevo kit de supervivencia, sin ver como partía algún misterioso artilugio por la mitad, sin escuchar su voz.

    —¿Qué pasa? Creías que me había raptado algún zombie? —Pregunto el youtuber cariñosamente, haciendo una de sus típicas bromas sobre apocalipsis que tanto amaba.

Ibai negó con la cabeza mientras sonreía aliviado. "¡Está loco!" Pensó para sí con ternura.
    —¿Por qué no distes señales de vida? Me habías preocupado. —Preguntó el streamer con algo más de seriedad.

Mike El Curioso suspiró para sí, pensando dos veces que decir; su amigo aún parecía ciertamente preocupado, y lo último que quería era que alguien sufriera por sus inseguridades del pasado. Decidió que lo mejor que podía hacer era sincerarse con su amigo.
    —Es que... pensé en dejar YouTube.

Los ojos del streamer se abrieron de par en par, y con algo que se podría denominar entre rabia y tristeza le respondió con lo primero que salió de sus labios, y su corazón.
    —Pero ¡¿QUÉ DICES?! ¿QUÉ DICES?

    —Lo siento, fue algo que se me pasó por la cabeza. —La sonrisa que siempre solía asomar en los labios del youtuber, se apagó. —No sé, fue una tontería, lo sé.

    —¿Y por qué no hablaste conmigo? —En los ojos de Ibai se podía observar una gran empatía.

Mike el Curioso se encogió de hombros, y armándose de valor, respondió con cierta timidez.
    —Es que... pensé que jamás podría ser un streamer tan bueno como tú..

    —Pero Mike... ¿ESTAS TONTO? ¡¿QUÉ DICES MIKE?! ¡¿QUÉ DICES?!—Aquello en el fondo le hizo daño a Ibai; le gustaba ser un buen streamer, pero odiaba que otros se viesen mal a sí mismo por compararse con él, sobre todo si ese otro era su ídolo: Mike El Curioso. —AHORA ME VAS A ESCUCHAR BIEN ¿DE ACUERDO MIKE? —Ibai sacó una pequeña pizarrita en la que comenzó a garabatear. —¡MIRA MIKE, ESTE ERES TÚ! ¿TE VES? ¿TE VES? ¡Y ESTE DE AQUÍ SOY YO! ¿VES COMO ERES EL PUTO AMO? ¿VES COMO LAS VIEWS IMPORTAN UNA MIERDA? ¡POR QUÉ TÚ ERES EL PUTO AMO MIKE, JODER, QUE SE TE META EN LA CABEZA! ¡¿ME OYES?! ¡¡¡EL PUTO AMO!!!

Tras la charla motivadora del joven streamer, Mike sonrió con su corazón lleno de nuevo.
    —Gracias Ibai, realmente necesitaba oír eso.

    —De nada. Pero, ya sabes Mike, no quiero que vuelvas a sentirte un mal youtuber. Y si necesitas ánimos, siempre estaré aquí.

    —Gracias Ibai, tú siempre me animas.

    —Recuerda ¿Qué eres?

Mike el curioso sonrió para sí unos instantes, dejandose impregnar por el motivador discurso de su amigo.
    —El puto amo.

Ibai Llanos zanja la polémica con un mensaje muy claro sobre los ...
"Eres el puto amo ¿Me oyes? El puto amo".
Curiosidades Con Mike updated their... - Curiosidades Con Mike ...

8/03/2020

El más poderoso de los creepypastas (Parte 2)

Jeff the Killer estaba nervioso, las manos le sudaban por la ansiedad, y las piernas le temblaban por el miedo. El joven cogió aire, y sin pensarlo mucho más, dio la noticia a sus padres.
    —Mamá, papá... Soy gay.

Unos incómodos segundos de silencio llenaron la sala, haciendo que Jeff the Killer se replanteara si había hecho bien saliendo del armario. Sus padres jamás habían mostrado una actitud especialmente homofóbica, pero aún así, no podía evitar sentir que había dicho algo malo, quizás por todos los prejuicios que había sufrido antes a ojos de la sociedad.
Su padre levantó la cabeza del periódico, después compartió una mirada cómplice con su esposa y sonrió.
    —Ya nos habíamos olido algo jajaja. —No pudo evitar señalar su madre.

    —Ven aquí hijo. —Ordenó su padre con un tono algo más serio.

Jeff the Killer se acercó algo temeroso, con bastante miedo a ser reprimido por algo que no podía evitar ser, pero para su sorpresa, su padre mostró una mueca de orgullo en sus labios: orgullo por su hijo.
    —Jeff, sé que ha sido difícil para ti armarte de valor para decirnos esto. Quiero que sepas que tienes todo nuestro apoyo, y que has hecho muy bien en contárnoslo.

De los ojos sin parpados del joven asesino, comenzaron a brotar lágrimas de alegría.
    —Gracias papá, mamá ¡Os quiero!

Los tres miembros de la familia se fundieron en un cariñoso abrazo.
Lo primero había sido fácil, pero ahora tocaba la parte más complicada: Contarles que su novio era un hombre mayor, muy alto y elegante... Pero, también, un alcohólico empedernido que abusaba de él.
Sin duda alguna, Jeff sabía que un novio alcohólico era el más poderoso de los creepypastas.

Jeff The Killer Images Jeff The Killer Hd Wallpaper - Jeff The ...
"Otro día más, me iré a dormir".

Una carta triste

De los ojos de Kagami no dejaban de fluir inmensos ríos de lágrimas. El pelirrojo apretaba con fuerza el papel entre sus dedos. No podía parar de sentir el dolor, el desasosiego que le producía el rechazo. La NBA quería jugadores de verdad, no gilipollas que echasen rayos láser por los ojos.

Chapter 32 | Kuroko no Basuke Fanfic: I Want to Play Again (Link ...
Embeces la bida no es como keremos.

8/02/2020

El más poderoso de los creepypastas

    —Hola, soy El hombre Delgado y ya llevo 15 días sobrio. —Mintió; antes de venir había bebido ¡Era débil y lo sabía! Estaba avergonzado por el tipo de persona que era.

Los del grupo de de apoyo de Alcohólicos Anónimos aplaudieron, tenían fe en él: un mentiroso, un fracaso como persona. Slenderman recibió los inmerecidos aplausos con una falsa sonrisa en su rostro inexpresivo ¿Por qué siempre hacía lo mismo? ¿Por qué siempre recaía? Con razón no tenía amigos, con razón no tenía trabajo, con razón le había abandonado su mujer y se había llevado a los niños. No tenía control sobre su vida, ni sobre la persona que el alcohol le había llevado a ser. Sin duda su alcoholismo era el más poderoso de los creepypastas.

Slender Man', creepypasta con miedo al miedo
"No llores por mí, ya estoy muerto"

Gru va a hacer amigos

Gru fue a la reunión de padres adoptivos. A su izquierda había una especie de lagarto peludo azul gigante con cara de bonachón, a su derecha, literalmente un oso. Lucy le había dicho que llevase galletas, pero en lugar de haberlas hecho de chocolate, les había puesto pasas. El lagarto gigante se presentó como Sullivan, pero su novio le llamaba Sully. El oso simplemente rugió. Le acompañaba una vieja que traducía por él. Al parecer se había transformado en oso para adoptar a un osezno.

El pobre Sully fue la primera víctima: un mordisco, una mueca de asco, seguida de una sonrisa falsa mientras seguía masticando lentamente.

Puede que fuera un padre adoptivo, pero seguía siendo malo, y eso, era bueno.

Ver las imágenes de origen
"Son caseras"

Tshukishima lleva el pijama debajo de la ropa de volley

Tsukishima sonreía alegremente ¡Por fin llevar su pijama debajo del uniforme de volleyball había tomado algún sentido! Por fin podría repetir esa fiesta de pijamas en la que había conocido a Yamaguchi y se habían convertido en algo más que compañeros de equipo.

TsukkiYama | Shipping Wiki | Fandom
"Todo a salido a pedir de Tsukishima"

Hay un amigo en mi

Woody se despertó con dolor de cabeza. ¿Qué había pasado? Lo último que recordaba era que una niña malvada le había arrancado su caja de voz...

"Tranquilo vaquero, solo mira a tu alrededor" Woody comenzó a intentar discernir las siluetas de su alrededor... Parecía que tenía utensilios de cocina a su alrededor... Tal vez podría bajar hasta el suelo...

"¿Dónde están mis piernas?" Woody intentó mirar hacia abajo y descubrió con horror que no podía girar el cuello.

Entonces vio a una humana. Esta vez no le costó hacerse el muerto, pero notó como la humana lo miraba fijamente. ¿Acaso iba a descubrir el secreto de los juguetes? No, imposible. Pero la seguía mirando.

"Como en las simulaciones Woody, este no es tu primer rodeo". Siguió haciéndose el muerto, pero la humana lo seguía mirando con sospecha. ¡Su sombrero! ¡No tenía puesto su sombrero!

La humana se agachó y empezó a rebuscar, y entonces notó un peso en la cabeza. ¡Había encontrado su sombrero!

    —Estos niños...

Woody comenzaba a recordar. Él era un juguete, diseñado para repartir alegría y calor a los niños que querían jugar con él ¡Si tenía hasta su sombrero! Si bien había tenido problemas por su diseño anticuado, esto no le impedía ser querido. Había tenido varias aventuras con distintos niños y distintos juguetes. De alguna forma había terminado en una feria y... Algo interrumpió su tren de pensamiento. En ese momento lo vio. Era una silueta inconfundible, pero tenía que asegurarse.

    —¡Buzz! ¡Eh, Buzz!
El muñeco intergaláctico se giró, intentando descubrir la fuente de su voz. ¿Tanto había cambiado que no lo reconocía?
    —¡Aquí, en la encimera! ¡Soy yo, Woody!
    —¿Vaquero? ¿Dónde estás?
El muñeco se movía con más rigidez de la que recordaba, pero eso era igual. Siempre le había aliviado el ver a su compañero, y esta no era una excepción.
    —Vamos Buzz, déjate de bromas, estoy enfrente de ti.

Entonces Buzz se calló. Lo miró de arriba a abajo con expresión de terror.
    —Es... ¿Es esto lo que me espera?
    —Buzz, déjate de tonterías y ayúdame. No puedo encontrar mis piernas ni puedo girar el cuello. Puede que algún hilo o algún enganche se me haya fastidiado. Mira a ver si están por alguna parte de la casa.

El rostro de Buzz se ensombreció. Si los juguetes tuvieran lacrimales le habría visto llorar a mares, pero solo podía ver en la cara de su viejo amigo una mezcla de terror, pena y tristeza...

    —Woody... Siento decirte esto, pero no vamos a encontrar ni tus brazos, ni le pasa nada a tu cuello...

Woody estaba asustándose. Y mucho. Buzz no era de los que se rendían a la ligera.

    —Vamos Buzz, tienes que ayudarme! ¡Seguro que tus colegas juguetes tienen alguna pista!

    —Lo siento, Woody... Pero... Es imposible. No vamos a encontrar las extremidades de una aceitera.

Entonces lo vio, en el reflejo del plástico que hacía de escafandra de su mejor amigo: Tenía razón. Era una aceitera. Todo vino de repente: Un humano lo había encontrado, lo tiró a un contenedor amarillo y Woody no pudo escapar de las llamas a tiempo como hizo tiempo atrás.

Ahora solo era una aceitera, llena de aceite de oliva.

30 ml Botella de plástico Espesada Pegamento Punta de la Botella ...
"¡Hay aceite en mi servilleta!"
Llamamiento a todas las beautyadictas: RECICLA ,por favor ...

El pequeño milagrito de Tolola

Tolola miraba a su hermano con ojos húmedos y cristalinos, mientras, Juan negaba con la cabeza al tiempo que cruzaba sus brazos. Lo que había ocurrido ese día era la peor pesadilla para él, pero al mismo tiempo, la mejor fantasía de su inocente hermana, y aquella, era la peor mezcla que podía imaginar.

    —¡No, Tolola! ¡No podemos quedárnoslo, es una locura! —Juan recorría nervioso la sala de un lado a otro, sentía que su corazón iba a estallar de angustia.

    —Pero... pero Juan... yo quiero que lo tengamos. —La chica rubia posó sus ojos llorosos en su test de embarazo positivo.

    —¡No podemos tenerlo! ¡Somos hermanos! ¿Qué coño crees que saldrá de ti después de nueve meses? ¡Un monstruo! ¡Un ser que solo vendrá a este mundo para sufrir!

Tolola apretó sus puños con rabia, pues sabía que lo que decía su hermano era completamente cierto: incluso si las complicaciones del embarazo no impedían nacer a ese hijo, estaría destinado a sufrir. 
    —Tienes que abortarlo. —Salió de los labios temblorosos de Juan.

Tolola dio un sobresalto hacía atrás ¡Lo había dicho! La palabra tabú, la palabra que Dios jamás querría oír, la palabra que Dios jamás permitiría.
    —¡NO! —Chilló la chica rubia; acto seguido arrojó furiosamente su test de embarazo contra el suelo, cayo de rodillas, y tapó su rostro lloroso y arrugado con sus dedos.

Juan frunció su entrecejo; por supuesto, entendía a su hermana, y su fuerte fe en Dios, como Tolola había tenido que recurrir a las creencias cristianas después de la muerte natural de su primer hijo, después de su primer divorcio, después de darse cuenta de que solo su hermano la entendía, y que sin él, estaba sola en el mundo. El chico rubio se agachó y abrazo a una temblorosa y encogida Tolola.
    —Soy una pecadora, soy una pecadora... nunca tuvimos que hacerlo... —Susurraba la pequeña chica rubia.

    —No eres ninguna pecadora. —La intentó tranquilizar su hermano. acto seguido acarició en vientre de Tolola. —Es mi pecado, yo cargaré con él.

La chica rubia subió su vista hasta los pacíficos ojos de Juan.
    —Pero, Juan...

    —Te acompañaré a la clínica, y este pecado caerá sobre mí. Tú nunca le quisiste abortar, y Dios sabrá eso.

Tolola sonrío, y acto seguido besó tiernamente a Juan en los labios.
    —Tu siempre cuidas de mí, Juan.

El chico rubio sonrió.
    —Y siempre lo seguiré haciendo. 
Juan y Tolola - Pero ése es mi libro - 1x09 | Vídeo Infantil Gratis

Gru va a hacer amigos

Gru fue a la reunión de padres adoptivos. A su izquierda había una especie de lagarto peludo azul gigante con cara de bonachón, a su derecha...